La misma pasión que ponía su padre haciendo pasteles en el horno familiar es la que imprime el Dr. Marhuenda en su consulta. Paradojas de la vida: él, que se pasó la infancia entre dulces, es ahora un dentista de referencia en el sector. Desde 1998 al pie del cañón, en la misma clínica junto a su “socio y sobre todo amigo, Andrés Navarro”
¿Sus otras pasiones? La familia, el arroz con caracoles y una buena ruta con su bici de montaña.
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